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Leonardo Da Vinci


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Leonardo Da Vinci

Nacido el 15 de abril de 1452 en una población de la región italiana de Toscana, y fallecido en Francia el 2 de mayo de 1519, Leonardo da Vinci (pron.: Da Vinchi) fue uno de los personajes más representativos de la era histórica del Renacimiento, caracterizado no solamente por su gran valor como artista de la pintura y la escultura, sino también por su gran interés por las ciencias matemáticas y físicas.

Su interés por la representación pictórica y escultórica de la figura humana le movió a realizar investigaciones sobre la anatomía; en tanto que su inquietud por la innovación técnica y la ampliación del conocimiento, lo convirtió en un precursor en materia de investigación científica en varios campos directamente vinculados con sus aplicaciones prácticas.

Proveniente de una familia adinerada, cuando Leonardo tenía alrededor de 12 años sus padres se radicaron en la ciudad de Florencia; que era en esa época la ciudad en que concentraba un importante conjunto de artistas y escritores, que constituyó el núcleo inicial del movimiento cultural del Renacimiento. De tal manera, Leonardo pudo recibir una educación refinada, en contacto directo con los mejores maestros de su época en las artes y el pensamiento, que le permitió desarrollar al máximo su natural talento.

A la edad de 14 años se inició en el aprendizaje de la escultura y la pintura teniendo como maestro al Verrocchio (pron.: Verroquio) que era uno de los más importantes pintores y escultores de Florencia; habiendo colaborado con él como ayudante en algunas de sus pinturas más famosas.

Culminada su etapa de aprendiz, Leonardo se inició como pintor en Florencia alrededor de 1480; pero poco después se trasladó a Milán, donde entró al servicio del Duque Ludovico Sforza, en calidad de ingeniero militar y naval. En Milán se dedicó además a la enseñanza, habiendo escrito para sus alumnos un Tratado sobre la pintura.

Dedicado especialmente a la pintura de tema religioso, realizó entre 1495 y 1497 la que se considerada su obra maestra, “La última cena”, en que presenta a Jesucristo en su última cena rodeado de sus discípulos, pintura destinada a decorar un muro en el comedor de un monasterio de Milán.

Habiendo sido ocupada Milán por los franceses, Leonardo regresó a Florencia, donde entró al servicio de César Borgia como arquitecto e ingeniero; lo que le permitió participar intensamente en muchas obras realizadas en Florencia, especialmente en pinturas decorativas del Palacio de la Signoría (pron.: siñoría).

Fue en esta época que realizó una estatua de David. También pintó en esta época (entre 1503 y 1506) el retrato de Monna Lisa, esposa de Francesco del Giocondo, cuadro conocido como “La Gioconda” que actualmente se exhibe en el Museo del Louvre de París, y es considerado como uno de los cuadros más valiosos de todos los tiempos, caracterizado por su sonrisa peculiar.

Hacia 1506 Leonardo fue contratado como pintor del Ley Luis XII de Francia, que tenía su residencia en Milán. Luego de trasladarse a Roma entre 1514 y 1516 al servicio del Papa León X, Leonardo se radicó en Francia bajo el reinado de Francisco I , hasta su fallecimiento.

Leonardo contribuyó de manera muy importante al desarrollo de las técnicas de la pintura, experimentando con diversos materiales para crear colores y medios de aplicarlo sobre diversos tipos de bases. Gracias a ello, logró emplear de manera muy destacada algunos efectos como el difuminado y el contraste entre los colores claros y oscuros, que en muchos de sus cuadros permitieron impartirles extraordinarios efectos de profundidad e iluminación.

Como diseñador técnico y arquitecto, Leonardo realizó muchísimos dibujos, de los cuales se han conservado unos pocos, que revelan un especial talento para la innovación técnica y su aplicación práctica. Muchos de sus dibujos conservados son estudios anatómicos humanos en que estudió la estructura de huesos y músculos, así como de animales y plantas; así como elementos de arquitectura y su famoso diseño de una máquina voladora que anticipó los principios básicos de la aeronáutica y del helicóptero.

La figura del rostro de Leonardo da Vinci ha llegado hasta nuestros días, gracias a un dibujo de su autorretrato siendo anciano, que se considera realizado alrededor del año 1510.



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